jueves, 21 de enero de 2010

EL OCASO DE LA TESTOSTERONA



Sean Connery 79 años

¿Qué sucede con los hombres a partir de los 40 años que muestran una disminución de la líbido, cierto cansancio e irritabilidad? Según los expertos se produce la andropausia, un concepto asociado a la disminución gradual de la testosterona. Los niveles se reducen entre un tercio y la mitad de los observados en adultos jóvenes. Las consecuencias son varias, pero no tienen por qué determinar la autoestima ni los proyectos de vida futuros, en algunos casos niños incluidos.

"Literalmente creo que perdía fuerza, energía y entusiasmo. Una especie de cansancio físico y mental. Me estaba convirtiendo en una persona negativa y pesimista, mis relaciones familiares y sociales eran cada vez más escasas. Mi vida sexual, un área de desastre con fallos intermitentes, ansiedad de rendimiento y temor a lo peor", explica en consulta un paciente de 53 años. Habitualmente se habla y bromea sobre la menopausia de la mujer y todo lo que ésta conlleva, pero no se mencionan los cambios que experimenta el hombre de mediana edad. Resulta más facil achacar el conflicto de la edad madura al climaterio femenino; y para complicar la situación y crear polémica surge el tema de la andropausia.

¿Andropausia? Describe los cambios físicos y emocionales que muchos hombres de mediana edad, experimentan, asociados a las alteraciones hormonales que ocurren simultáneamente. El término data del siglo XVI, cuando se encuentra descrito en un libro chino de medicina interna; en 1944 aparece el primer estudio sobre la andropausia en el Periódico de la Asociación Médica Norteamericana. Es conocida también como andropenia, viropausia y de forma más general como el síndrome de ADAM (Androgen Deficiency Aging Male), que corresponde a las siglas en inglés de Declinación de los Andrógenos en el Hombre Maduro.
En un informe de la Harvard Medical School del 2001 se la describe como la "disminuición gradual de la principal hormona sexual masculina: la testosterona (T). Puede iniciarse a finales de la tercera década de la vida y finalizar hacia los 70 años. Los niveles se reducen entre un tercio y la mitad de los observados en adultos jóvenes. Está relacionado con la disminución del tejido muscular, la densidad de los huesos, el incremento de la grasa abdominal, del colesterol, afecta a la función cardíaca y conlleva cambios psicológicos y sexuales".
Los expertos la definen como un proceso lento, difuso e individual. Una alteración del perfil hormonal a medida que se cumplen años, pero que de ninguna manera puede considerarse una entidad clínica universal porque cuando sucede -en unos es mucho más rápida, en algunos más lenta y en otros simplemente no sucede a ninguna edad- no termina abruptamente con la capacidad de engendrar, ni tampoco con el deseo ni con el ejercicio de la sexualidad, pero sí ocasiona disminución de la líbido, astenia, irritabilidad y con frecuencia afecta a la imagen que el hombre tiene de sí mismo. Muchos afirman que los hombres no sufren un cambio en su vida porque pueden reproducirse hasta edad avanzada. Otros opinan que existe, pero solamente se relaciona con la disminución de la T, por lo que el tratamiento debe ser una terapia para reemplazar esa pérdida. Algunos afirman que es una realidad, y que el problema es que los síntomas permanecen soterrados, aparentemente no dolorosos y relacionados con la calidad de vida. otros reconocen que estos cambios ocurren, pero creen que se deben a una base psicológica más que hormonal. Y unos cuantos afirman que podrían responder a intereses económicos en la búsqueda de la pastilla mágica o el tratamiento para algo que en definitiva no es más que el proceso de envejecimiento común.
"Todo empieza un día como cualquier otro en el que vas en el metro y un chico joven se levanta y te cede el asiento", comenta un hombre entre preocupado y divertido. "Supone una crisis de identidad pues no habías asumido que te estabas haciendo mayor y en ese momento abres los ojos a la realidad que tanto asusta: la madurez... ¿no será la vejez?.
Polémicas aparte, lo que no se puede negar es que en el camino que recorre el hombre entre la edad adulta y la edad madura -la mediana edad- entrre los 40 y los 60 años aproximadamente, las cosas están cambiando: muchos han llegado hasta donde podian llegar con sus carreras profesionales, los hijos se van de casa, algunos se preguntan sobre el rol que deben desarrollar ahora, los padres mueren, los amigos tienen su primer infarto, el cuerpo no responde como cuando se era más joven, hay incidencias en la sexualidad y empieza la sensación de que queda menos tiempo. En ocasiones el comportamiento escapista puede parecer la solución -cambio de trabajo, de casa, de pareja, de estilo de vida- en el deseo de cortar con los incómodos testigos del temido envejecimiento.

Richard Gere 61 años

En la consulta Conocidos urólogos coinciden en señalar que muchos de sus pacientes van a la consulta para aumentar el deseo y la potencia sexual, a la espera de que una pastilla o una inyección solucione un problema que, en definitiva, es simplemente la evolución de un organismo programado paera cumplir diferentes funciones a diferentes edades.

Uno de ellos es rotundo al afirmar que "vamos mal mientras el hombre se empeñe en conservar su virilidad a toda costa, con métodos anti aging y el consumo de hormonas que resulta altamente peligroso por los efectos adversos". Asegura que "de nada valen los tratamientos de todo tipo si el varón continua fumando y llevando hábitos de vida poco saludables. La revolución hormonal de la adolescencia no se puede recuperar". "Y en cualquier caso -agrega- el nivel de testosterona no es un indicativo significativo, porque hombres con diferentes niveles pueden funcionar de forma similar y otros con menor cantidad, funcionar mejor".


Factores que inciden negativamente En estudios sobre salud masculina, Will Courtenay, psicoterapeuta de la Univwersidad de California, describe cinco factores que contribuyen a que el hombre pierda su salud al envejecer:

1 No se cuida, no se hace suficientes controles médicos que detecten enfermedades.

2 Comen peor que las mujeres.

3 Contrariamente a la creencia popular, tienen más problemas con el peso que las féminas y no le ponen remedio, aunque está comprobado que les cuesta menos bajar cuando se lo proponen.

4 Menor actividad física. Entre los 35 y 54 años hacen poca o ninguna actividad o, muy intensa durante el fin de semana y el resto de la semana apenas sí se mueven.

5 Visitan menos al médico y cuando lo hacen no aprovechan al máximo la visita, no están acostumbrados a explicar sus problemas, incluso mienten u ocultan información.

A lo anterior conviene añadir un mayor consumo de bebidas alcohólicas y/u otro tipo de drogas.


Pierce Brosnan 56 años


Factores precipitantes de la andropausia:

- Finalización de la vida laboral o paro.

- Disminución de la actividad social.

- Cambios familiares.
- Sedentarismo.
- Descuido en la nutrición.
- Consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.

- Factores hereditarios, constitucionales, enfermedades no cuidadas.

- Consumo de fármacos.

Todos están de acuerdo en que el hombre debería consultar con mayor frecuencia para conseguir una mejor calidad de vida en general , hacer exámenes periódicos y evitar caer en el negocio de los elixires rejuvenecedores y tratamientos milagrosos. El desconocimiento de los cambios y el miedo que estos generan hacen que tomen decisiones erróneas y que se tengan conceptos equivocados sobre el propio organismo y sobre su funcionamiento.

Perspectivas Para muchos, la mediana edad es las cima de la productividad y eficacia, y para otros un período de crisis y descontento.

Como en el cuadro La fuente de la juventud de Lucas Cranach y en la obsesión del conquistador Ponce de León, el hombre actual continúa en la búsqueda de la eterna juventud; ahora en forma de pastilla mágica. Pero tal vez la respuesta no esté en la química y sí en una alimentación equilibrada, ejercicio regular, suficiente descanso, eficaz manejo del estrés, actividad, ilusión, sentido del humor. Mantener un adecuado peso corporal ayuda, ya que el tejido graso consume testosterona, y realizar una actividad física mejora la producción de la hormona. Es preciso hacerse cargo de la propia salud, cuidarse. También es una cuestión de actitud: de cómo se vive cada día, de cuánto se ríe, si se evita el tabaco, se controla el alcohol, se cuida de los otros y de sí mismo. Sería importante comenzar a hablar sobre estos temas en lugar de enfadarse consigo mismo, con la pareja, con la vida. Hablar parece que no resulta muy masculino, pero es una forma de informarse y de afrontar y compartir los inevitables cambios. En ocasiones la preocupación y la negación del envejecimiento entran en conflicto con la realidad.

El final de la carrera profesional puede coincidir con la iniciación de actividades que respondan a una anterior vocación, inquietud, sueño, proyecto largamente acariciado y no realizado por falta de tiempo o por las obligaciones que se han tenido hasta el momento. O con el descubrimiento de una nueva facetra: Algo que tenga un sentido diferente del que hasta ahora le ha motivado -ganar dinero, poder o prestigio-, tal vez, a modo de formación, proyectos de cooperación. Ahora con la experiencia y sin las prisas por ser el mejor, el más rico, el más influyente, quizás sea el momento de ser el más útil, el más solidario, el más sano, el más ágil, el más relajado, el más feliz... A lo mejor tampoco hace falta ocuparse en algo que sea productivo, puede ser algo interesante o simplemente divertido; lo importante es que responda a sus necesidades y motivaciones.

Muchos lo pasan como un período de relativa calma comparado con tiemposd anteriorers. Algunos simplemente no experimentan ninguna crisis y por el contrario constatan que lo que tienen y hacen es lo que realmente les gusta, que no hace falta cambiar de rumbo ni hacer experimentos. Otros encuentran un nuevo curso, con nuevos desafíos, una nueva dirección.

"Cuando tomas conciencia de que los años pasan y no hay retorno, sientes que tienes que aligerar la mochila, te dan ganas de hacer cosas cuando te das cuenta de que queda menos tiempo para hacerlas", afirma un hombre de 56 años. "Soy consciente de que a los 50 no se puede hacer lo mismo que hacía a los 25 años, pero creo que la madurez desarrolla el intelecto y que la juventud no es un asunto exclusivo de la edad".

Se trata de seguir teniendo proyectos, de valorar y hacer uso de la experiencia, de no estancarse, de sentirse vital, incluso de reirse de las propias manías. El entorno debería alentarlo e incentivarlo. ir en busca del tiempo perdido, en el sentido más literario, sin nostalgia y sin culpabilizar, con entusiasmo y con ilusión. Y porqué no, dibujar un mapa, decidir prioridades, definir primero dónde se quiere ir, con qué recursos se cuenta y guiarse con sentido de realidasd y optimismo. Se persigue una mejor calidad de vida que, en definitiva, depende de sí mismo: entender que es posible reducir algunos signos del envejecimiento, retrasar otros, pero no evitarlos y mucho menos eliminarlos. Mejorar el bienestar general y reconocer que la apariencia no es una prerrogativa femenina. Los hombres envejecen diferente de la mujeres, pero deben cuidarse de la misma manera para que todos estos cambios les afecte del menor modo posible.

Autora: Marta Mejía - psicóloga

Publicado en el suplemento ES, de La Vanguardia.

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